La crema otorga una depilación rápida, efectiva y sin dolor, así que si estás en apuros, por supuesto que estaremos ahí para salvarte. Los resultados se verán recién después de 3 minutos dependiendo del grosor del vello, así que puedes incluso lavarte el pelo mientras te depilas.

Eso sí, tienes que utilizarla correctamente para tener un resultado óptimo ¡Aquí te explicamos cómo!

  • Aplica la crema sobre la piel limpia y seca, con ayuda de la parte más suave de la esponja que trae la caja. Espárcela de forma uniforme, cubriendo toda el área a depilar.
  • Espera un minuto antes de ingresar a la ducha, y cuando ya estés dentro, espera otros dos minutos nuevamente. Debes tener la precaución de que la crema no tenga contacto directo con el chorro de agua para no afectar los resultados.
  • Cuando ya hayan pasado los 3 minutos, con la parte blanca de la esponja retira el producto en una pequeña zona. Si los vellos se desprenden fácilmente, continúa removiendo todo el producto. Si esto no sucede, déjalo actuar un par de minutos más. Recuerda no exceder 10 minutos en total.
  • Al finalizar, enjuaga y seca tu esponja y mantén el tubo de crema bien cerrado hasta la próxima aplicación.
  • Te recomendamos no aplicar perfumes, cremas o desodorantes en la zona por un rato, para así evitar daños posteriores o reacciones alérgicas.

La Crema Depilatoria para Ducha de Millefiori puede acompañarte siempre y salvarte en todo momento ¡Incluso puedes llevarla en tu bolso! #NeverStop

Existe el mito de que usar cremas depilatorias es lo mismo que rasurarse.

Pero aquí te contamos que eso es ¡FALSO!

A la hora de eliminar el vello, es común preguntarse cuál es la mejor opción. Aunque ambas técnicas son rápidas y prácticas, sus efectos en la piel y en el crecimiento del vello son muy diferentes

Al rasurarte lo que haces es cortar el vello por lo que sus extremos quedan cuadrados y se sienten más gruesos al crecer. Por eso, te recomendamos utilizar nuestra crema depilatoria que, a diferencia de las rasuradoras, disuelve y debilita el vello, dejándolos con un extremo cónico, haciendo que se sientan más suaves al tacto y que crezcan más finos de lo que eran.